Aquí estoy de nuevo para contaros otra de mis batallitas,
espero que os guste lo mismo o más que las que ya os he contado anteriormente.
Una casa rural, todos nos hemos ido de casa rural con los
amigos, asique no podía faltar este tema en mi blog sobre nosotros y los viajes
que hacemos, cuyas experiencias queremos compartir en la red.
El pasado mes me marche a una casa rural en Aragón, a unos 30
kilómetros de Calatayud, en la provincia de Zaragoza.
La verdad es que la casa al principio no nos pareció para
nada buena, pero a medida que pasaba el tiempo fuimos descubriendo que la casa
estaba muy bien, al tener separado la zona de las habitaciones de la zona en la
que solíamos reunirnos para comer, cenar y bueno, estar de fiesta en general.
La casa estaba en un pueblecito, el típico pueblecito de
carretera por el que solo pasas en coche y ni paras a tomarte una cerveza.
Pues al final resulta que esos pueblos tienen su cosa, son
acogedores, los bares suelen estar bien, y encuentras todo tipo de bares en un
mismo sitio con ambientes distintos, por lo que si el ambiente de uno no te
gusta tienes otro al lado.
Estuvimos dando una vuelta por el pueblo y aprovechamos para
comprar algunas cosillas para la casa, sobre
todo fueron cosillas que se
olvidaron de comprar en Calatayud, como el pan.
Y resulta que en ese pequeño supermercado no había pan y nos
mandaron a donde la conchi, como si supiese quien es la conchi, pero ahí nos
dirigimos.
Por la noche en la casa nos pusimos a cenar y después a
beber un ratillo, pusimos un poco de música, y tal como esperábamos no
molestábamos a unos amigos que se pusieron malos y no pudieron estar toda la
noche con nosotros.
Al día siguiente, repetimos la misma dinámica que el día
anterior, fuimos a por el pan donde la
conchi, pero nos atendió su hija, y la preguntamos si ese día por la noche
había algo de gente en el pueblo por la noche,
algún bar de fiesta o algo así,
y nos dijo que si.
Asique por la noche nos fuimos todos al bar que la hija de
la conchi nos dijo, sin esperar nada fuera de lo habitual, y así fue, no había
nada, casi ni gente había, nos tomamos un par de copas nos montamos la fiesta
nosotros solos en el bar.
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